"Bioinicia da la posibilidad de desarrollar y escalar la investigación y fabricación de tecnología disruptiva"
"Los inversores foráneos deben llegar en un estadio avanzado, cuando la tecnología esté probada con éxito en el mercado"
Bioinicia es una desarrolladora de tecnología que nació como resultado de la crisis. Por el fracaso de negocios tradicionales y de la necesidad e ilusión de apostar por el emprendimiento. A mediados de 2012, Enrique Lagaron (Ingeniero Industrial) estaba a punto de cerrar su compañía de asesoramiento en ingeniería, que él mismo había levantado en 2009. Su hermano José María (Doctor en Ciencias Físicas) le propuso aprovechar el CIF y dar un nuevo giro a la actividad de la empresa, focalizándose en el desarrollo científico y tecnológico. La idea contó con el apoyo de otros tres socios: Hipólito Montejano (Ingeniero Industrial), Lars Markwort (Doctor en Químicas) y José García (Licenciado en Informática), conformando un equipo completo de expertos para el área que pretendía abarcar la empresa.
Tres años después, Bioinicia es una desarrolladora de tecnología que cuenta con técnicas de automización electrohidrodinámicas y aerodinámicas para la producción de micro y nanopartículas. La empresa está asentada en Valencia con una línea de negocio principal que se centra en el desarrollo, fabricación y comercialización de nuevos materiales, ha sido premiada por el CEEI-IVACE, y sus desarrollos tienen aplicación en áreas tan diversas como la filtración, las fibras plásticas, textiles, el envasado, la alimentación, entre muchos otros sectores.
¿Qué es lo más importante a la hora de formar un equipo?
La filosofía emprendedora y complementariedad de los socios. Los socios deben tener capacidades que añadan no que solapen. Es lo que denomino una célula de innovación abierta desde la concepción de la compañía. Los socios tienen que tener sentido y aportar un rol único. Hay que resistir la tentación de incorporar como socios a amigos y compañeros por el simple hecho de serlo. Mi experiencia ha sido desastrosa siempre que he incorporado amigos, especialmente del ámbito científico, o gente con la que no hay un alineamiento vital.
En cualquier caso, si quieres montar una empresa tienes que incorporar a gente con mentalidad de empresa en la medida de lo posible. Pero no estoy seguro que haya una receta infalible para el éxito emprendedor, lo seguro es que uno empieza algo en una dirección y muy probablemente tendrá que reorientarse para adaptarse a la realidad de las nuevas experiencias que se te presentan.
Esta es tu segunda empresa biotecnológica, ¿por qué te decisite a continuar por este camino?
La primera empresa que fundé en el 2005 fue un proyecto tecnológico con formato standard: constituirnos en el CEEI de Valencia (donde nos asesoraron mucho y muy bien), capital semilla de NEOTEC, incorporación de Business Angels y posteriormente tres fondos de Capital Riesgo. Nos instalamos en la fase inicial en el CEEI de Valencia y después en el parque tecnológico de Valencia. La industrialización la llevamos a un parque industrial. Fue un proceso de mucho aprendizaje y también de muchos errores.
Bioinicia S.L. la fundé con todo el conocimiento de cómo pensaba yo que debía ser un proyecto de emprendimiento tecnológico de éxito en tiempos de crisis. De nuevo era una tecnología que surgía de mis actividades como investigador en el CSIC, que probablemente se iba a quedar en publicaciones y en patentes no transferidas si no actuaba. Hay tecnologías disruptivas que si los propios investigadores no lanzan a nivel empresarial muy probablemente no se podrán llegar a transferir nunca. Es lo que la Unión Europea denomina la paradoja europea y ha convertido en uno de los grandes desafíos 'Grand Challenges' del H2020.
¿Qué aprendiste del primer proyecto y cómo lo has puesto en marcha en esta ocasión?
Aprendí que me interesa más crear un proyecto que involucre a profesionales que se autoempleen y que tenga, si es posible, una componente de facturación inmediata para crecer de forma orgánica. Creo que los inversores 'extraños' o foráneos deben llegar en un estadio más avanzado (por ejemplo ahora), cuando la tecnología esté probada con éxito en el mercado, eso ahorra mucho esfuerzo y frustración a todos. Yo soy muy optimista y emprendedor, nunca tiro la toalla, y razones he tenido más que de sobra. En general el medio nunca acompaña.
Como investigador y emprendedor, ¿qué hace falta para que haya más startups con este perfil?
Hace falta una cultura real y eficaz de apoyo al emprendimiento desde los centros de investigación y universidades. Yo nunca he sentido que haya sido práctica ni eficaz en el CSIC. Recomiendo el buen asesoramiento del CEEI. Los gestores y directores de centros del CSIC no son gestores profesionales, son investigadores, no están preparados ni autorizados para actuar fuera del ámbito de la investigación, ni de las habas contadas.
Las oficinas de transferencia de tecnología de los centros públicos no están coordinadas ni viven en el mundo real del entorno del emprendimiento y la empresa, están escasos de personal y en muchos casos tienen contratos temporales. Reconozco que este tema endémico me genera mucha frustración. Sería muy ventajoso para activar o rentabilizar la inversión que se hace en I+D aplicada (la famosa I+D Orientada o Retos) el que hubiese una mayor actividad de spin-offs o de spin-outs creados por investigadores con inversión privada como indicadores de calidad de los proyectos.
Ahora mismo las barreras son insalvables para la mayoría de los investigadores y hay carencias formativas y normativas muy importantes en ese aspecto, dentro de la carrera investigadora.
Bionicia nace como spin-off del CSIC, ¿qué ventajas tiene esta fórmula? ¿Con qué apoyos cuentan aquellos que desean desarrollar una startup con cariz científico?
Desde mi punto de vista la ventaja principal, en un mundo ideal, sería que habiendo instalaciones y conocimiento para facilitar la valorización de tecnologías disruptivas procedentes de la investigación, las 'spin offs' no tuvieran necesidad de duplicar ni el esfuerzo realizado ni el equipamiento y pudieran centrarse en las partes del desarrollo de negocio no relacionadas con la I+D, en las fases tempranas del proyecto.
La idea que me interesa más es la de instalar al equipo de I+D de las empresas en los centros compartiendo las instalaciones, haciendo equipos mixtos a cambio de una contraprestación monetaria y/o de royalties por actividad futura, todo muy win-win. Ojalá haya un debate serio a este respecto forzado desde las más altas instancias. Creo que algunas universidades funcionan mejor en este tema.
Habéis creado vuestra propia tecnología, Fluidnatek, ¿en qué consiste? ¿Qué importancia tiene el desarrollo de la misma?
Fluidnatek es la marca de ingeniería de Bioinicia para hacer procesado electrohidrodinámico. Fluidnatek ha permitido a la compañía crecer de forma orgánica. El objetivo fue poner al servicio de centros de investigación equipos avanzados, capaces de fabricar materiales novedosos hasta una escala de planta piloto. La compañía comercializa cuaro modelos en la actualidad.
A la vez que se puso Fluidnatek en marcha, se montó y certificó GMP e ISO 13485, la primera planta del mundo con financiación bancaria de esta tecnología. La idea de negocio es asegurar que los clientes de Bioinicia desarrollen procesos y productos con la tecnología Fluidnatek y luego vengan a nuestras plantas industriales a escalarlo y fabricarlo en masa (actividad de Contract Manufacturing). Como hay empresas que no tienen suficiente músculo investigador Bioinicia da la posibilidad de desarrollar y escalar el proceso en sus instalaciones (actividad de Contract Research) y con posterioridad ofrecer la fabricación (CM).
De momento vuestras áreas de comercialización son farma, biomedicina, costmética y alimentación, ¿de qué manera se materializan exactamente?
La tecnología del procesado electrohidrodinámico no estaba escalada ni industrializada con control de tamaño y de distribución de tamaño, y mucho menos para abordar las áreas bio que mencionas. Lo que había estaba orientado a la parte textil y de filtración. Nosotros lo hemos hecho de forma pionera, tanto a escala de planta piloto como en la fabricación en masa, y además, hemos sido los primeros en acreditarnos para fabricar en estas áreas, especialmente en el ámbito farmacéutico.
Nuestro procesado permite manufacturar materiales, a temperatura ambiente o incluso subambiente, con un texturizado de fibras o de cápsulas. Los materiales biológicos se desnaturalizan a media y alta temperatura, por tanto nuestro proceso ofrece una ventaja tecnológica muy importante en cuanto a biofuncionalidad, la cual, de forma general, permanece intacta.
Nuestra idea de negocio es reemplazar en la industria tradicional a procesos como la atomización o la liofilización. No obstante, las ventajas van mucho más allá de lo que ofrecen estas técnicas tradicionales, como por ejemplo en bioactividad, reducción de tamaño, flexibilidad de diseño y en liberación controlada.
¿En qué otros campos trabajáis para su aplicación?
Bioinicia también está trabajando de forma más incipiente en áreas como el envasado, la filtración, la agricultura, el recubrimiento de células solares, etc. Al final esta tecnología se introducirá en otras áreas, incluso en aquellas que demandan volúmenes mayores (commodities), en medida que se incremente nuestra capacidad de fabricar cantidades mayores a menor coste.
Recientemente habéis ganado los premios CEEI-IVACE, ¿qué ha supuesto para vosotros?
Una alegría muy grande, sabemos que el premio valora la innovación y por tanto es una reafirmación de que se está ejecutando el plan de negocio con indicadores buenos de actividad innovadora.
¿Qué importancia tiene dar visibilidad a proyectos como los vuestros?
Creo que es importante por el reconocimiento y estimulo que supone para los emprendedores y para la plantilla. También porque dan a conocer nuestra actividad a otras empresas e inversores.
¿Cuál es el camino para hacerlo de manera correcta?
En la forma de hacerlo. Para que tenga máxima difusión nos tenéis que ayudar vosotros.
Después de estos años de recorrido, ¿qué objetivos tenéis a medio/largo plazo?
Nuestro objetivo es mantener la llama de la innovación y del empleo de calidad lo más viva posible y que nuestros productos y servicios sigan teniendo éxito en el mercado internacional. Nos sentimos muy orgullosos de que lo que hacemos redunde en la mejora en la calidad de vida de la gente.
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