Circulantis cierra el primer semestre de 2018 con un crecimiento del 80%

Circulantis, la primera plataforma específica de Crowdfactoring en España, cierra el primer semestre de 2018 con un crecimiento del 80% respecto al volumen de operaciones concedidas en el primer semestre de 2017, y con un crecimiento del 50% en el número de inversores activos.

Ahora la plataforma cuenta con más de 2.500 inversores registrados, quienes hasta el momento han financiado a través de Circulantis a 700 pymes y autónomos en 3.600 operaciones diferentes. En enero de este año, alcanzó los 30 millones de euros de financiación a más de medio millar de autónomos y pymes.

Hasta el momento, Circulantis ha concedido 43.546.500 euros en créditos, ofreciendo en su página web dos alternativas: financiación para una empresa, o inversiones rentables.

Estas cifras demuestran que, a pesar de la bancarización de España, la financiación alternativa tiene un crecimiento sólido y que, siempre que la regulación acompañe, este modelo de financiación se puede consolidar en los próximos años.

"Para 2018, además de los retos numéricos que nos hemos marcado, tenemos otro por delante con el marco regulatorio, ya que se nos dejó fuera en la primera oleada por parte de CNMV y Banco de España y esto no tenía mucho sentido” declaró Guillermo González-Fleitas uno de los fundadores de Circulantis, al diario ValenciaPlaza, "estamos trabajando a través de la Asociación Española de Crowdlending (ACLE) en este sentido para que todas las formas de financiación del circulante estén contempladas en la ley, lo que nos ayudaría al suponer un entorno más favorable al crowdlending y a la generación de confianza entre inversores y pymes que se financian a través nuestra".

Los datos económicos presentados por plataformas como Circulantis revelan que poco a poco la financiación alternativa se va afianzando, y solo queda esperar que, desde un punto de vista regulatorio, las medidas de fomento de la diversificación en la financiación se vayan acercando a las existentes en otros países como Reino Unido, donde los bancos, tras desestimar una propuesta, deben ofrecer alternativas al solicitante de la operación.